Hay alimentos de los que se dice, sin ningún tipo de evidencia científica, que contribuyen a ganar peso. Otros, por el contrario, tienen fama de ser beneficiosos en las dietas de adelgazamiento. ¿Qué hay de cierto en todo ello? ¿Es verdad que el azúcar engorda? ¿Tiene sentido privarse de las patatas en un régimen contra los kilos de más? ¿El gin tonic tiene menos calorías que otras bebidas alcohólicas? Veamos que hay de cierto en algunos de estos mitos.
El pan engorda
Cada 100 gramos de pan blanco contiene unas 250 kilocalorías. Con frecuencia atribuimos al pan un excesivo aporte calórico que, en realidad, se debe al acompañamiento (salsas, mantequilla, patés, quesos, embutidos, etcétera…).
La idea de que el pan tostado (colines, toast, o la corteza) engorda menos que la miga también es errónea. La miga contiene más agua y por eso presenta un aspecto esponjoso. En igualdad de peso, la corteza tiene más calorías que la miga: 100 g de pan tostado contienen 350 kcal. En cambio el pan tostado produce una sensación mayor de saciedad.
Una posibilidad para reducir calorías consiste en sustituir el pan blanco por integral. Además, el pan integral aporta una cantidad extra de fibra, minerales y vitaminas del grupo B.
El azúcar engorda
La mala fama del azúcar proviene de su relación con las caries, la obesidad y la diabetes. Sin embargo, es un alimento energético (400 kcal por cada 100 g) que se encuentra en muchos alimentos, desde la fruta hasta la miel.
En ocasiones se relaciona el azúcar con los bollos, pasteles y chocolates. En estos alimentos el principal aporte calórico se encuentra en las grasas con que se elaboran y no tanto en el azúcar.
Una forma para reducir las calorías se encuentra en el empleo de edulcorantes artificiales, como sacarina, aspartamo o ciclamato.
Las vitaminas engordan
Las vitaminas no tienen calorías, por lo que no engordan. Son nutrientes esenciales para el organismo, pero no aumentan el apetito, capacidad que se les ha atribuido. Tampoco contribuyen a incrementar la memoria, prevenir la gripe o mejorar el rendimiento sexual, como se ha sugerido.
Las patatas engordan
La patata contiene entre un 75 y un 80 por ciento de agua. El resto de su composición son hidratos de carbono, principalmente almidón. La patata no es un alimento hipercalórico, pues sólo aporta 85 kcal por cada 100 g. Esto significa que tomadas cocidas o hervidas tienen menos calorías que un filete de ternera, un yogur entero o un vaso de leche.
Lo que sí engorda es el aceite (cuando se toman fritas), la mantequilla (en el puré) o las salsas que las acompañan.
El aceite crudo tiene menos calorías que frito
El aceite aporta las mismas calorías frito que crudo. Da igual tomarse unas verduras rehogadas en aceite que aliñadas en frío con la misma cantidad de esta grasa.
Tampoco influye el grado de acidez o la procedencia del aceite en el aporte calórico. El aceite de oliva tiene las mismas calorías que el de maíz, girasol, sésamo o cacahuete.
La cerveza sin alcohol no tiene calorías
La cerveza "sin alcohol" presenta una cantidad de alcohol inferior al 1 por ciento y muy pocos hidratos de carbono, de 2 a 5 g por cada 100 cc. Esto proporciona por cada cerveza consumida entre 40 y 80 kcal.
Se trata de una bebida con alto contenido en fósforo, sodio y potasio, pero que debe tomarse con precaución en los casos de diabetes, hipertensión o insuficiencia renal.
La tónica y el bitter son bajos en calorías
La tónica y el bitter contienen las mismas calorías que los refrescos, fundamentalmente por los hidratos de carbono en su composición. Cada 200 ml contienen de 80 a 150 kcal. El sabor amargo no tiene que ver con su aportación calórica, sino con la quinina y los extractos vegetales que se les añade.
Todos los productos 'light' son bajos en calorías
El epígrafe "light" aglutina todo un mundo de alimentos en algunos casos hipocalóricos y en otros sólo ligeramente rebajados. Los más puros son los refrescos "light" que no contienen calorías.
En otro tipo de alimentos "light" como la mayonesa, la margarina, el paté, el cacao o el embutido la reducción calórica es menor y se ha conseguido aumentando la proporción de agua o la cantidad de carne magra. Sin embargo, estos productos siguen teniendo calorías.
El agua mineral engorda
El agua no tiene calorías, por lo que no engorda ni antes ni después de la comida. Tampoco es cierto que el agua mineral aporte ninguna cualidad especial para regular el peso, simplemente ofrece un sabor peculiar por los minerales que contiene, con respecto al agua del grifo.
Las cápsulas de hierbas ayudan a controlar el peso
Las cápsulas elaboradas con hierbas que existen en el mercado contienen básicamente laxantes y diuréticos. A pesar de que pueden hacer perder kilos, son los que provienen del agua y no de la grasa, por lo que resulta difícil mantener la cantidad adelgazada.
Hay que tener especial cuidado con las píldoras “milagro”, preparados que se expenden sin control sanitario y que suelen contener derivados anfetamínicos, ansiolíticos o extractos de glándulas endocrinas. Estos preparados sin control médico no sólo son perjudiciales para la salud, sino también mortales.
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