Los huevos llevan mucho tiempo formando parte de nuestra dieta, tal vez porque son fáciles de preparar de distintas maneras y, a la vez, han sido siempre fáciles de conseguir. Pero en los últimos años han tenido mala prensa, muchas veces asociada a que no son unos alimentos saludables, sobre todo si se consumen en exceso. Pero esto hay que matizarlo y mucho. Como con todo, hay que tener la mesura y la prudencia necesaria, pero ni mucho menos son malos para personas con hábitos saludables. Si quieres aprender un poco más sobre todo lo bueno que te pueden aportar los huevos y alguna manera rica y saludable de comerlos, has llegado al lugar adecuado!
Lo primero que hay que destacar de los huevos son sus excelentes aportes nutritivos y, entre éstos, destacan sobremanera las proteínas. Las proteínas de los huevos son de altísima calidad, y aportan todos los aminoácidos que requiere nuestro organismo. Es más, un huevo puede aportar aproximadamente seis o siete gramos de proteínas, lo cual supone un 10% de las necesidades proteicas diarias de una persona de peso medio.
Pero además de esto, los huevos también aportan multitud de vitaminas, entre las que se encuentran la vitamina A, B2, D y, sobre todo, B12; y minerales como fósforo y zinc. Y, por si fuera poco, también hay que decir que los huevos son relativamente bajos en calorías, aunque esto también puede depender de la manera en que se preparen.
¿Cómo debes preparar los huevos para que sean saludables?
Los huevos se pueden preparar de muchísimas maneras. Casi se podría decir que las recetas que, de una u otra manera, lleven huevos son infinitas y, además, también es complicado encontrar a alguien al que no le gusten los huevos de ningún modo (más allá de restricciones por dietas, salud o creencias).
Pero, claro, no todas las maneras de preparar los huevos son igual de sanas y, por lo tanto, no todas son tan recomendables si quieres llevar un estilo de vida saludable.
Una de las mejores maneras de cocinar huevos es hacerlos cocidos o lo que también se llama popularmente huevos duros. Esto es así porque es un modo de preservar a la perfección todos sus nutrientes y no añadirles ni calorías ni grasas ni nada que pueda resultar perjudicial para la salud.
Además, los huevos cocidos están muy ricos tanto en solitario como en compañía de otros ingredientes, formando parte de multitud de platos aptos para desayunos, comidas o cenas. Por ejemplo, en ensaladas, con aguacate, con legumbres, con pescado… Como ves, no faltan las alternativas para que puedas comer un huevo cocido de vez en cuando y sin aburrirte.
También hervidos en agua, pero prescindiendo de la cáscara durante la cocción, podrás obtener unos ricos huevos escalfados. Normalmente se suelen dejar en el agua menos tiempo que los huevos duros, ya que no se necesita tanto para que se hagan y, además, la gracia está en que también presenten la yema un poco más líquida. Y, de nuevo, perfectos para combinar con muchos otros productos. Prueba a ponerlos en una rebanada de pan integral o pan de cereales, o acompáñalos de un poco de ensalada o unas setas a la plancha y podrás disfrutar de un plato riquísimo, saludable y nutritivo.
Por su parte, los huevos revueltos también son un clásico de los fogones, sobre todo para desayunar. Para evitar las grasas indeseadas, se pueden preparar en una sartén antiadherente y con un poco de agua, de modo que no se peguen a la superficie donde se cocinan y resulten plenamente saludables. Además, también combinan de un modo genial con otros ingredientes, y puedes prepararlos con alguna verdura, como espinacas, con champiñones o, simplemente, con un poco de tomate y cebolla. La cuestión es echarle un poco de imaginación y dejarse llevar por el instinto, pero al final verás cómo no te faltan opciones para disfrutar de unos ricos huevos revueltos del modo más sano.
Si en lugar de revolverlos en la sartén, los dejas en forma de tortilla, lo que los franceses llaman omelette, también puedes disfrutar de unos huevos igual de ricos y añadirle tantas cosas como se te ocurran. Por ejemplo, unos guisantes, calabacín o, al igual que con los huevos revueltos, setas, espinacas o cualquier otro tipo de verdura y hortaliza que te apetezca.
Si algún día tienes antojo de huevos fritos, aun sabiendo que no son la manera más saludable de cocinarlos, tampoco tienes por qué privarte. Eso sí, los huevos fritos también se pueden preparar de un modo que no resulte tan graso y que no aporte demasiadas calorías a tu dieta. De nuevo, tu gran aliada será la sartén antiadherente, para prescindir de mantequillas o aceites. Si ves que se pueden pegar o tienes miedo de que se te rompan cuando los vayas a sacar, puedes echar un poco de aceite con un spray, para minimizar la cantidad que le aplicas y dejar que el huevo se haga a la plancha en la sartén. El resultado será más o menos similar al de un huevo escalfado, menos en la forma, y también lo podrás disfrutar en una tosta con verduras, o en un rico plato con setas o champiñones.
Como ves, son muchas las maneras de preparar los huevos y más aún las formas en las que puedes combinarlos para conseguir un plato completo y saludable. Olvídate de esos mitos en los que decían que los huevos eran malos para la salud y disfruta de uno de los alimentos más nutritivos, versátiles y tradicionales que ofrece nuestra despensa.
En cuanto a la tortilla de patatas, por ahora la vamos a dejar para ocasiones más especiales, y siempre dejándoos a vosotros la elección de si la queréis con cebolla o sin cebolla… pero eso es otro cantar.
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