miércoles, 5 de abril de 2017

Tips para una casa más sana


10 tips para una casa más sana (¡y más feliz!)


Mens sana in corpore sano, decían en el imperio romano. Salvando las distancias, y cambiando un poco los términos, el titular de este artículo podría ser corpore sano in domun sano. Es decir, si tu casa es sana, tú también lo serás. Pero no queremos darte una clase de latín, sino de decoración, así que dejémonos de teorías y vayamos a la práctica. ¿Cómo puedes conseguir que tu casa sea más sana?

1. ¿Luz? Pasa, pasa...


La luz del sol es pura vitamina D. Te da energía, vitalidad y alegría. Así que ábrele paso en tu casa y deja que llegue hasta el último rincón. Sitúa los muebles de manera que no la obstaculicen, decora en tonos claros y ten picardía: refléjala con espejos y acabados brillantes.

Y, siempre que puedas (que seguramente será el fin de semana), vive al ritmo del ciclo solar: despiértate con él y acuéstate cuando oscurece, así segregarás melatonina, la hormona que indica al cuerpo que ralentice sus funciones porque ha llegado la hora de descansar.


2. En modo verde


Conéctate con la naturaleza. Plantas y flores mejoran la salud y potencian la sensación de bienestar, porque purifican el aire y eliminan sustancias químicas nocivas. Elígelas frondosas en el salón, aromáticas en la cocina y verdes para el dormitorio. Las hiedras, las cintas y los espatifilos tienen la capacidad de absorber los compuestos tóxicos del aire, ¿lo sabías? Y, por supuesto, si desde tus ventanas se ven árboles, el cielo o el mar... ¡no las tapes!

3. Dormir con buena onda


Seguro que te ha pasado más de una vez. Duermes mucho, pero no descansas bien. Pues puede que sea porque en tu dormitorio tienes aparatos eléctricos conectados (un despertador enchufado a la corriente, una radio, una tele, el móvil...), que producen contaminación electromagnética e influye en la calidad del sueño. Así que ya sabes: en el dormitorio, solo la cama, tú y tus sueños. Todo lo demás va fuera. Si descansas bien, te sentirás mejor tanto física como emocionalmente.

4. La salud está en el aire


A veces necesitas que te dé el aire fresco en la cara. Y a tu casa le pasa lo mismo. Ventilar y limpiar el aire del interior es clave para la salud de los que vivís en ella. Abre las ventanas cada día (con 10 minutos es suficiente), para reducir la concentración de COV (compuestos orgánicos volátiles), regular la humedad, reducir el polvo y los malos olores y evitar alergias y problemas respiratorios.

5. Si es natural es más sano

Y no basta con que parezcan naturales. Tienen que serlo. Los muebles, de madera natural sin barnices ni pinturas o colas con componentes tóxicos.

Las telas, 100% naturales (algodón, lino, seda, lana, fieltro, cáñamo, sisal, algas...). En la cocina, recipientes de cristal o cerámica en lugar de plástico o teflón. Y las pinturas, de base mineral, transpirables y ecológicas, como las de silicato, cal o caseína.

6. Salud a chorro


El agua del grifo es una de las principales entradas de tóxicos en tu casa. Pero no, no te asustes, hay solución. Instala filtros de carbón activo o resina en los grifos y así reducirás los trihalometanos (moléculas cancerígenas que se forman con la acción del cloro) y de metales dañinos como el cadmio, el plomo o el hierro. ¡Ah! Y evita beber y cocinar con agua corriente, mejor embotellada.

7. La química suspende


Evita los limpiadores caseros con amoníaco, formaldehído y detergentes sintéticos. Lo mejor para limpiar la casa son los limpiadores de base jabonosa y sin perfumes, que hoy en día ya no son tan difíciles de encontrar (o puedes animarte a hacerlos tú). Ten cuidado también con los productos de higiene personal. Lee la etiqueta y escoge los que no tengan parabenos o tengan certificación ecológica (Ecocert o BDIH). Y para ambientar la casa y ahuyentar a los insectos, nada de química. Mejor remedios naturales.

8. ¡Ay, qué calor!


¿Sabías que una calefacción demasiado alta puede hacer que te sientas cansado? Pues sí, 
está comprobado que una temperatura más bien fresca (no superior a 22 ºC) aporta más confort térmico, vigoriza el cuerpo y te sube el ánimo. El rango de confort está entre los 17 ºC en invierno y los 24 ºC en verano. Y el nivel de humedad ideal, entre el 35 y el 50% durante todo el año.

9. Colores "amigos"


Entras en una estancia roja y, de manera inconsciente, te sientes más animado. Entras en una azul, y te relajas. Y es que los colores de tu casa pueden cambiarte el estado de ánimo, activar o relajar el metabolismo, ¡Y hasta subir o bajar la temperatura corporal, la presión sanguínea o el ritmo respiratorio! Así que ya sabes: si buscas tranquilizarte, pon verde. Si quieres activarte, pon rojo. Si quieres relajarte, pon azul. Y si quieres ser más creativo, naranja.

10. Decora con sentido


O sea, haz que tu casa mime tus sentidos. La vista y el tacto los cuidas con materiales naturales y colores, el gusto con la comida sana. ¿Pero qué pasa con el oído y el olfato? No se merecen menos. Aíslate del ruido excesivo de la calle... ¡o de la tele!, ponte la música que más te guste, aromatiza tu casa con olores que te recuerden la naturaleza (limón, canela, eucalipto...). Y no lo olvides: que todo sea 100% natural. Mima tu casa con los cinco sentidos.



2 comentarios:

  1. Estaba echando de menos una de tus publicaciones,gracias por ella Rodrigo,ha sido una buena lectura con mi café.
    Saludos

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  2. Muy interesante Rodrigo.

    ¿Podrias hablar algo sobre el feng shui?

    Gracias.

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