domingo, 14 de mayo de 2017

Alimentación limpia

Alimentación limpia, la clave de unas vacaciones saludables


Ya está aquí el verano y con él el fin del régimen que muchos españoles siguen para lucir más delgados en playas y piscinas, pero muchos se olvidan de que todo ese trabajo, todo ese esfuerzo, puede perderse si no nos cuidamos. Y cuidarse pasa por llevar una alimentación limpia y mantenernos activos practicando alguna actividad, ya sea andar una hora seguida a buen ritmo todos los días o ir a clases de spinning, por ejemplo.
Todos queremos un cuerpo sin kilos de más, pero lo más importante es lucir un cuerpo saludable tanto en verano como en invierno. Para conseguirlo solo hay que seguir una serie de sencillos consejos que ayudarán a mantener los índices de masa corporal y peso durante las vacaciones, que es cuando más se pierden los hábitos y los controles que uno mismo se impone durante el año debido a la relajación propia de las vacaciones.
Efectivamente:  en verano se produce un aumento de peso, ya que solemos incumplir nuestras pautas de alimentación. Por ello, el primer paso para evitarlo es intentar realizar más actividad física y prestar más atención a los alimentos sanos, en definitiva comer más limpio, ya que disponemos de más tiempo y podemos evitar la comida basura y rápida tan habitual durante el resto del año cuando el trabajo, la familia y demás compromisos sociales restan tiempo a la cocina.
En segundo lugar, es importante no perder los horarios de comida y mantener la misma regularidad con la que comemos un día cualquiera. En este punto, además, es importante consumir verduras, proteínas y frutas, alimentos básicos en los meses de calor.
Sin embargo, estamos de vacaciones y no se trata de que nadie se convierta en una especie de monje durante estas pocas semanas, por lo que el tercer consejo es que, si se toma un aperitivo entre horas, hay que recordar que es posible contrarrestar las calorías de más con la cena, haciéndola más liviana.

No te olvides del agua

El cuarto punto va dedicado a la hidratación, sobre todo en niños y ancianos. Además de beber agua, es una buena solución emplear té verde que es un buen antioxidante y con un par de hielos es altamente refrescante.
El quinto y último consejo: toma vitamina D tomando el sol, siempre con protección.
Como recomendación extra, el verano es una época propicia para tomar platos ligeros como ensaladas, macedonias de frutas o pescados a la plancha, practicando así una alimentación limpia, libre de comida procesada y refinada, que evite los azúcares y las grasas saturadas. A la vez, el calor provoca una disminución del apetito lo que permite ser más selectivos con los productos que introducimos en la cesta de la compra.
Si combinamos estos sencillos consejos con la realización de alguna actividad deportiva, siempre acorde con la preparación y condición física de cada uno, podremos volver de vacaciones con el mismo peso que las empezamos e incluso con menos, y tener un cuerpo más saludable.

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